Los berrinches y comportamientos desafiantes son una parte natural del desarrollo infantil, especialmente en los primeros años de vida, cuando los niños aún están aprendiendo a manejar sus emociones y a comunicarse de manera efectiva. Estos pueden ser difíciles para los padres y educadores, pero comprender las causas y aplicar estrategias basadas en la psicología infantil puede transformar estos momentos en oportunidades de aprendizaje. A continuación, te presento algunas estrategias para manejar estos comportamientos de manera positiva y constructiva.
1. Mantener la calma y la paciencia
Cuando un niño tiene un berrinche, es importante que los adultos mantengan la calma. Responder con enojo o frustración solo intensificará la situación y hará que el niño se sienta más abrumado.
Cómo hacerlo:
- Toma respiraciones profundas antes de responder.
- Si es necesario, aléjate un momento para calmarte antes de tratar de manejar la situación.
- Mantén un tono de voz suave y tranquilo al hablar con el niño.
Al mantener la calma, demuestras al niño cómo manejar sus propias emociones y le ofreces un modelo de autocontrol.
2. Identificar las causas del comportamiento
Los berrinches y comportamientos desafiantes a menudo son una forma de comunicar una necesidad o una emoción que el niño no puede expresar verbalmente. Intenta identificar qué está provocando el comportamiento.
Cómo hacerlo:
- Observa si el berrinche ocurre en momentos específicos, como cuando el niño tiene hambre, sueño o se siente frustrado.
- Pregunta al niño, si es posible, cómo se siente o qué necesita: “¿Te sientes cansado? ¿Estás molesto porque no conseguimos ese juguete?”
Comprender la causa subyacente te ayudará a abordar la raíz del problema en lugar de solo tratar el comportamiento en sí.
3. Valida sus sentimientos y emociones
Los niños, como todos los seres humanos, desean sentirse comprendidos. Validar sus sentimientos les demuestra que sus emociones son importantes y que está bien sentir lo que están sintiendo.
Cómo hacerlo:
- Di frases como: “Sé que estás muy molesto porque querías quedarte más tiempo en el parque”, o “Entiendo que estés triste porque no encontramos tu juguete favorito”.
- Evita minimizar sus emociones con frases como “No es para tanto” o “No te pongas así”.
Validar las emociones del niño reduce la intensidad de sus reacciones y fortalece su capacidad para regularse emocionalmente en el futuro.
4. Establecer límites claros y coherentes
Los niños necesitan límites claros para entender qué comportamientos son aceptables y cuáles no. Establecer reglas de manera coherente ayuda a prevenir berrinches y comportamientos desafiantes.
Cómo hacerlo:
- Define reglas claras y explica por qué son importantes: “Debemos comer en la mesa para no ensuciar el suelo”.
- Utiliza frases como “En esta casa no gritamos” en lugar de “No hagas eso”.
- Asegúrate de que las consecuencias por romper las reglas sean justas y consistentes.
Los límites coherentes proporcionan a los niños una sensación de seguridad y estructura, reduciendo la probabilidad de comportamientos impulsivos o desafiantes.
5. Utilizar distracción y redirección
Si notas que un berrinche está comenzando, utiliza técnicas de distracción para desviar la atención del niño hacia otra actividad o tema de interés.
Cómo hacerlo:
- Dirige la atención del niño hacia un juguete favorito o una actividad divertida: “¡Mira, vamos a hacer una torre con estos bloques!”.
- Crea un juego para desviar su atención: “¿Puedes encontrar algo azul en esta habitación?”.
La distracción y redirección ayudan a desactivar la frustración inicial del niño y evitan que el berrinche se intensifique.
6. Enseñar habilidades para resolver problemas
Utiliza situaciones de berrinches o comportamientos desafiantes como oportunidades para enseñar habilidades de resolución de problemas.
Cómo hacerlo:
- Una vez que el niño se haya calmado, pregúntale: “¿Qué podemos hacer la próxima vez que te sientas así?”.
- Explora soluciones juntos: “Si no te gusta compartir tu juguete, ¿qué podríamos hacer en lugar de gritar?”.
Ayudar al niño a pensar en soluciones le enseña habilidades para manejar sus emociones y comportamientos de manera más constructiva en el futuro.
7. Practicar el refuerzo positivo
Recompensa los comportamientos positivos con elogios y reconocimiento. Esto motivará al niño a repetir esas conductas en el futuro.
Cómo hacerlo:
- Elogia los comportamientos adecuados: “Me gusta mucho cómo pediste ese juguete con amabilidad”.
- Utiliza refuerzos tangibles (como pegatinas o pequeños premios) para celebrar los logros del niño.
El refuerzo positivo aumenta la probabilidad de que los niños adopten comportamientos deseados y les proporciona una mayor motivación para controlar sus impulsos.
8. Ofrecer opciones para evitar la frustración
A los niños les gusta tener cierto control sobre su entorno. Darles opciones adecuadas a su edad reduce la probabilidad de berrinches y comportamientos desafiantes.
Cómo hacerlo:
- Ofrece dos opciones simples: “¿Prefieres ponerte la camiseta azul o la roja?”.
- Evita hacer preguntas abiertas cuando no hay opción, como “¿Te vas a poner el abrigo?” en lugar de “¿Quieres ponerte el abrigo ahora o después de ponerte los zapatos?”.
Dar opciones a los niños les proporciona una sensación de control, lo que reduce la frustración y la resistencia.
9. Implementar el tiempo fuera de manera positiva
Utiliza el tiempo fuera como una oportunidad para que el niño se calme y reflexione, en lugar de verlo como un castigo.
Cómo hacerlo:
- Explica al niño que el tiempo fuera es para ayudarlo a calmarse, no como una forma de castigo.
- Permite que el niño elija un lugar cómodo y tranquilo para su tiempo fuera.
Un tiempo fuera positivo ayuda al niño a recuperar el autocontrol y a entender sus emociones sin sentirse avergonzado o castigado.
10. Modelar la resolución de conflictos
Los niños aprenden observando cómo los adultos manejan sus propios conflictos y emociones. Sé un modelo de comportamiento positivo y resolución de conflictos.
Cómo hacerlo:
- Muestra cómo manejar tus propias frustraciones con calma y paciencia.
- Narra en voz alta cómo resuelves un problema para que el niño vea el proceso: “Estoy molesto porque no encuentro mis llaves, pero voy a respirar profundo y pensar dónde las dejé”.
Al modelar comportamientos positivos, enseñas a los niños cómo enfrentar los desafíos de manera constructiva.
Conclusión
Los berrinches y comportamientos desafiantes pueden ser difíciles de manejar, pero con estrategias basadas en la comprensión y la paciencia, es posible convertir estos momentos en oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Implementar estas estrategias no solo ayuda a los niños a regular sus emociones y comportamientos, sino que también fortalece la relación con ellos, fomentando un ambiente de amor, respeto y confianza.